2014
Falta un poco más de 24 horas para la llegada del 2015. Ya para esta hora
los más estructurados habrán realizado su lista de resoluciones.
Me encuentro al momento de realizar mis
resoluciones frente a la playa, con el relajante y constante sonido del vaivén de
las olas, un cielo azul tenue, totalmente despejado. Un sol tibio que calienta
mi piel, la dora aún más, la hace sudar y resplandecer… eso me gusta. ¡Amo el
color de mi piel!
De cara al inminente ocaso del 2014, estoy
en paz. Culmino mi año sin arrepentimientos, sin lamentos, sin reclamos, sin
corajes. Este final lo encaro en completa armonía. A la verdad, que este año me
porte bien y considero que me conduje con bastante asertividad.
Hay un recuerdo de un viejo amor que
arrastro hace años, y ya está puesto en el equipaje que me acompañará
en el 2015. El protagonista del amor que
no fue, lo sabe. Sabe que fueron momentos que valen, por las noches de luna
llena reflejadas sobre el mar en calma, sentada en un paseo tablado. Por las
cenas con vino sobre la mesa, por las horas de pasión, sobre pétalos de rosa en la cama, porque me
hizo la princesa de su cuento, porque fue mi “rosablue”.
En resumen, este fue un año de muchas
aventuras, degustaciones, sonrisas y hasta me salió barriga (ni modo tendré que
aprender a vivir con ella ¡jajajajajaja!). Todos los capítulos desde mi
nacimiento hasta mis 44, han culminado sus historias y con ellas las lecciones
(fin de la primera parte).
Le agradezco a Dios por todas las
bendiciones que separó para mí y mis hijos.
2015
Lo espero con mucha expectativa, cargada
de positivismo y ansiedad…
Este año, significa el inicio de muchos
aspectos de mi vida. Veré metas cumplidas, anhelos concretados. Diferentes
etapas florecerán como rosa en primavera. Este año, tiene la particularidad de que mi destino no
tiene otra opción que, brillar y manifestarse en abundancia. No porque lo
deseo; sino porque ya es tiempo. Llegó el momento que Dios separó para mí. Lo siento
en cada rayo de sol que toca mi piel, en
mi entorno, me lo susurra el aire, cuando respiro ese aroma particular, que no
se describir.
No puedo precisar la cronología y
procesos de los eventos, pero si puedo intuir que este año será de muchas lecciones
en mi existencia. 2015 marca capítulos nuevos, repletos de vivencias, que me dejaran nuevas
experiencias. Me siento segura, preparada, presiento muchas satisfacciones, alegrías,
logros, estabilidad y desarrollo.
¡Por fin… en hora buena!
Todo llegará a mí con la Bendición de
Dios, Ya fueron muchos años de preparación física y emocional. Ahora es tiempo
de recuperación y resurgimiento. Siempre he brillado aun en la adversidad,
tirada en el suelo, sola, pisoteada, adolorida y con lágrimas en mi
rostro.
Mi gente, preparen sus buenas gafas, procuren
que sean polarizadas porque este año, sencillamente deslumbraré ¡…y que así me
ayude Dios!
Levy/
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