sábado, 8 de noviembre de 2014

Libre Expresión

 Expresarte es tu derecho, nunca ha sido un delito.

 

Expresarte aligera la carga emocional, porque resume la emoción y hace que pese menos.
Solo hay una advertencia: 

No confundas conversar con confesar.


En la primera, exteriorizamos emociones generales que rondan nuestra mente. Cualquiera puede escucharnos, dar sugerencias y hasta guiarnos.

En la segunda, son pecados, reglas que hemos quebrantado( si, de esas reglas impuestas por la sociedad) y travesuras de nuestra alma inquieta. Que dan saltos en la memoria, incomodando en ocasiones al consciente. Esas confesiones, no pueden expresarse frente a cualquiera. No sabemos quién podría dañarnos.
Porque existen seres que entierran sus pecados; escalvando los nuestros.
Levy/

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