Siempre he creído en el destino y en la filosofía de que lo que está destinado para ti, aunque se coloquen diez mil muros de piedras… para ti será.
Lo visualizo como
cuando sacas un río de su cauce, para construir parques, centros comerciales o
una urbanización. Puedes rellenar el terreno, colocar tuberías, todo con el fin
de redirreccionar. Podrán pasar cinco años, tal vez veinte, quizás cuarenta;
pero al final el río reclamará su espacio. Porque desde que es río , su destino
fue fluir por esa dirección.
Pues bien, así estamos nosotros los mortales, desde que nacemos estamos predeterminados, unos a ser luz fuerte y brillante, otros iluminación tenue y a el resto les toca ser sombra.
La luz fuerte y
brillante, suele mostrarte un panorama extenso y claro; pero paradójicamente daña
tu visión y te ciega.
La iluminación tenue,
es sublime y va alumbrando a medida vas avanzando. Pero el ansioso muestra aburrimiento,
desesperación y por ende tiende a errar, de palabra y de acción.
Las sombras, son
relacionadas con lo misterioso, morboso, el miedo y el mal. Al mismo tiempo que
puede simbolizar descanso, sosiego y rendimiento.
Levy/
Levy/
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