Aquel, que no muera de ansias y con tu aroma embriagarse.
Aquel, que con lujuria y sediento, no desee con tu cuerpo,
su sed saciar.
Aquel, que aun advirtiendo que quieres experimentar, no
te seduce para ser el primero.
¡Créeme, ese es el hombre que vale la pena esperar!
El que deja el sexo como complemento, y no como
prioridad.
El que no aprovecha las circunstancias de tu ignorancia.
El que te insiste en que es mejor aguardar.
Ese que no te cita en habitaciones obscuras, para devorarte
como lobo hambriento y de repente le cae un manjar.
… No comas ansias, no mueras por experimentar.
Tus palabras envueltas en sueños y fantasías, me gritan
tu virginidad.
Juegas a ser grande y el ámbito del amor ya poder
dominar.
¡Ilusa!
Tus interrogantes me dejan claro que aun te falta por
madurar. Si, tal vez tu cuerpo ya esté listo; pero tu intelecto no va a la par.
Tu arrojada actitud muestra tu inmadurez.
Una mujer madura, no va a todas.
Una mujer madura, demuestra sabiduría. Tantea, conoce,
estudia, antes de apostar.
Una mujer madura observa cada jugada que el hombre que le
atrae da.
Porque un depredador, siempre escoge la presa más
vulnerable.
Porque existen los miserables, sin valores.
Porque abundan los que solo pretenden sus ganas saciar.
Ya madura, volverás a enamorarte y volverás a desear tu
virginidad entregar.
Entonces recuerda que Rosa desojada, ya no puede jamás
sus pétalos juntar.
Y es ahí que lamentarás
, no haber esperado por Aquel, del
que te hablaba tu mamá.
Levy/
Levy/
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