sábado, 22 de junio de 2013

Besos Sabor a Vino..

La tarde está húmeda y fresca.

El sonido de los carros al pasar sobre la carretera mojada,

 me hacen recordarte y desear tu llegada a mis adentros.

Te Deseo...

Deseo besos con sabor a vino,

ese que vertiría sobre tí ...

y en ausencia de copas, me lo bebería.

Unas caricias serían perfectas para acompañarlo;

cuál si fuera el más fino y elavorado queso.

Lo cortaría en estructuradas partes,

como si fuera tu cuerpo;

y  lo degustaría no sólo con el gusto,

sino con todos los sentidos de mi cuerpo.

Con ojos cerrados y ganas apresurada de sentir!

Lo saborearía poquito a poco,

pedazo a pedazo ...

acompañado con besos sabor a vino.

LEVY/



OLEAJE

Al final de un paseo lineal, donde bordea el mar abierto,
con calmado, pero perseverante oleaje que se entrega a

las apiñadas rocas lisas que le esperan…

¡Justo ahí, quiero tenerte!

Tú, sentado sobre una lisa base fría de cemento.

Yo, sentada sobre ti.

Observando el deseo en tu mirada, inspirada por lo afrodisíaco de tus besos, voy aceptando la invitación de tus caricias.                                                                      

Quiero tenerte,  con el mar abierto como testigo inobservable;                                                                 

porque se viste de los colores del cielo obscuro, de una noche sin luna.                                                                                                                                                                                                                    

¡Solo el sonido, su aroma peculiar y esa brisa característica, nos advierte su presencia!                                                                                                   

Como la espuma blanca que produce el chocar del agua salada, sobre las rocas de la orilla, revestidas algunas de coral; así mi cuerpo choca el tuyo con el parecido final.

Mientras…

Te regalo besos con furia de oleaje, besos con la calma de su regresar.

Al compás de la armonía del sonido del mar, mover mis caderas que se encuentran en tu cima… y

al igual que se agitan las olas, sentir tu venida y caer sobre tu pecho rendida;  mientras tú me abrazas en tu regresar.


Levy/







2:30am y me sorprendí, pensando en tí



Rayossssss, hacía tiempo no lo hacía desde aquel día que me lo prometí. Lo hice por hastío de pensar en los mismos besos, mismas manos, misma piel de aquellos que me poseían y luego se marchaban. Un día te dije que solo fuiste para mí, pasión (quería herirte, sentía que me lo debías), te molestaste… ¡ufff!, y me respondiste muy enojado: con un “por favor, tú ni siquiera sabes lo que es pasión”. {Lo entendí, cuando comencé a recordar cómo me hacías el amor. Pasión era lo que me entregabas, cuando me tomabas, cuando me besabas, cuando me buscabas}. Como podía hablar de pasión si, ni siquiera lo reconocía. Sé que te dolió lo que hablamos más por como lo hablamos (el tono empleado) que las palabras en sí. No sabes cuánto me dolió haberlo hecho (pero mucho tiempo después), me deje llevar por el maldito sentimiento de la venganza. Tú te apartaste, y yo sabía que ibas a regresar y así lo hiciste. Con una invitación a almorzar que acepté; decidí humillarte, decidí partirte el corazón. . Decirte con total menosprecio a tus caricias y a tus deseos que lo que hubo entre nosotros dos simplemente… ya pasó. Como una lluvia de mañana, que se olvida al salir el sol. No te lo niego, me lo disfruté toda esa tarde, toda esa noche, toda esa semana, todo ese mes. Luego comencé a extrañarte, tu olor, tu piel, tu voz, tus llamadas... ¡que llamadas! Se quedaron ahí grabadas en mi piel, seremos eternos cómplices, aunque no nos volvamos a ver. Nunca las olvidaré ¡Tus besos, esos besos que no he vuelto a encontrar! tu manera de amarme, de excitarme y todo lo que hacías al terminar. Como vez, hoy me sorprendí pensando en ti. Llevé a cabo tan bien mi venganza, que de tí, no supe más. Ese será mi karma, recordarte, imaginarte y no volver a verte …jamás!
 Levy/

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