sábado, 12 de enero de 2013

Gandhi


El llamado a la no-violencia de Gandhi.

Este líder espiritual, que en 1950 y de manera pacífica, logró la independencia de la India del dominio británico, apela a la más elevada conciencia del hombre….”Haced que las naciones no sean aliadas de la muerte, sino de la vida, no de la destrucción, sino de la construcción, no del Aniquilador, sino del Creador”.

Uno debe perdonar, ante cualquier injuria. Se ha dicho que la continuación de las especies se ha debido a que el hombre ha perdonado. El perdón es sagrado; por medio del perdón el Universo se sostiene en su conjunto. El perdón es la potencia del poderoso, perdón es sacrificio, perdón es quietud mental. El perdón y la dulzura son las cualidades del que se posee a sí mismo y representa la Voluntad eterna. La no-violencia es el brote natural de la ley del perdón y del amor….”Todo aquél que tome la espada, perecerá por la espada”….

Gandhi fue famoso, entre otras cosas, por su bondad. Cierta vez, uno de sus discípulos sentía envidia y quería matarlo. Un día, el maestro paseaba por un camino solitario y desde la cima de una colina, el homicida dejó caer una piedra que rodó por la ladera.

Pero la piedra se trabó con un árbol y se detuvo antes de dar en el blanco. Mahatma vio y reconoció a su agresor, pero no dijo nada ni tampoco contó a nadie el incidente. Días después, los dos hombres se cruzaron en la calle y Gandhi lo saludó con cordialidad y respeto. El hombre le preguntó muy sorprendido si no estaba enojado con él y Gandhi respondió que no.

¿”Puedes decirme por qué no le has comentado a nadie lo que hice y cómo has hecho para no enojarte conmigo?”, preguntó el individuo. Y Gandhi respondió: “Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada”.

Desde ese día, el agresor fue uno de los má fervientes defensores del Mahatma durante el resto de su vida. Tiempo después relató a sus amigos esta historia y otra anécdota que describe el comportamiento del gran maestro:

Fue en una ocasión en la que le preguntaron a Gandhi cómo hacía para no reaccionar ante las agresiones y las presiones. Entonces, reunió a un grupo de sus seguidores y los llevó a un cementerio. Allí les pidió que gritaran insultos con todas sus fuerzas. Después, les indicó que gritaran halagos. En medio del silencioso campo santo, los hombres parecían un grupo de locos.

Luego tomaron asiento y Gandhi les dijo que era necesario aprender de los llamados muertos. Como ellos, había que ser indiferentes a los insultos y también a los elogios, ya que de esa diferencia florecían el perdón y la bondad. “Cuando mi ego se disuelve -concluyó- veo con claridad mi camino.

Gandhi decía que había que renunciar a dañar a cualquier criatura viviente, en pensamiento o acción. Si hemos de progresar, no debemos repetir la historia, sino hacer una nueva historia. Debemos agregar algo a la herencia que nos dejaron los antepasados: la fe inconmensurable e inquebrantable en Dios y en su Bondad y una pasión inconsumible por la verdad y el amor.

El Mahatma había estudiado todas las religiones del mundo. Las escrituras jainas, el Nuevo Testamento, el Korán, El Zend Avesta de Zoroastro, los escritos sociológicos de Tolstoi, son las principales fuentes de las convicciones de Gandhi sobre la no-violencia. El ha expuesto su credo diciendo que en esta época millones de seres humanos deben marchar sin un gurú, sin un maestro, porque es muy raro encontrar perfecta pureza e instrucción en una sola persona.

De Cristo, Gandhi ha dicho: “Estoy seguro de que si él viviera físicamente entre los hombres, bendeciría la vida de muchos que quizá jamás han oído siquiera su nombre…tal como está escrito”…Yo creo que Cristo no pertenece sólo al cristianismo, sino a todo el mundo, a todas las tierras y razas…

Gandhi ha ofrecido su movimiento práctico de la no -violencia como medio para deshacer agaravios y remover injusticias y como alternativa al poder armado. ”He comprobado que la vida persiste en medio de la destrucción”, dice Gandhi. Por lo tanto, debe haber una ley superior a la de la destrucción, ley por la cual la vida puede ser inteligente y digna de vivirse. Si ésa es la ley de tu vida, debes ponerla en práctica en tu vida diaria. Donde quieras te enfrentes a un oponente, debes conquistarlo por medio del amor.

Se necesita un metódico y tenaz entrenamiento para alcanzar el estado mental de la no -violencia. Se trata de vivir una vida disciplinada, como la vida de un soldado. La no -violencia es el brote natural de la ley del perdón y del amor, todo aquél que tome la espada, morirá por la espada, dice una majestuosa advertencia de Gandhi.

Otra de sus majestuosas enseñanzas dice: “Yo me denomino nacionalista, pero mi nacionalismo es tan amplio como el Universo. Incluyen toda su extensión a todas las ciudades de la Tierra. Mi nacionalismo incluye el bienestar de todo el mundo. Nuestro armamento ha fracasado, busquemos ahora algo nuevo: ensayemos la fuerza del amor a Dios, que es la Verdad. Cuando tengamos eso, no necesitaremos más….

El descubrimiento más grande dentro de las líneas de investigación de un futuro cercano, será dentro de las líneas espirituales, una fuerza que ha sido el poder más grande en el desarrollo de los hombres. Sin embargo, nunca la hemos estudiado seriamente, como lo hemos hecho con las fuerzas físicas. Algún día la humanidad comprenderá que las cosas materiales no traen la verdadera felicidad y son de poca utilidad para hacer a la humanidad creativa y poderosa… El Mahatma cree de todo corazón en la inherente bondad del hombre…¡Y yo también!!!

                                                        ASÍ ORABA GANDHI



“Señor….Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traicción a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Mas bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo”.

MAHATMA GANDHI

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