Me preguntas: ¿Por qué eres así con ella? Así cómo, pregunté...
Respondió, "buena". ¿No ves que te está usando? Le miré fijamente a los ojos, quedé pensativa por unos instantes y le dije: -- Ayudarle le sienta bien a mi alma, más conociéndole estoy y te confieso que he notado que tiene un "alma mala", cargada de un falso ego, de envidia... de inseguridades; y que sus risas disfrazan las frustraciones de su vida. Ella no es sincera.
Le ayudo porque supe que también le a tocado sufrir, conocer la indiferencia... el abandono. Tenemos mucho en común y pensé que ese sufrimiento lo utilizó al igual que yo, para vestir su alma de humildad y rocíos de esperanza. Pensé, que podíamos fortalecernos mutuamente y en hermandad, crecer.
Me equivoqué!
Lo perverso de su ser, solo vio en mí la oportunidad de crecer egocéntricamente y a través de mi luz fortalecer sus raíces, pigmentar sus tallos y hojas; y colorear sus pétalos con destellante amarillo.
La desilución que causó en mí su forma de proceder eclipsó por días el brillo de mis sonrisas. La luna y las estrellas me animaban en mi oscuridad. La galaxia completa me vino a visitar y entre tambores y mares me energizaron, corriendo el velo de baja energía que me drenaba. Haciéndome recordar que soy sol. Que muchos necesitan de mi luz y que no todos agradecerán mis abrazos candentes.
Levy/
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