El tiempo es siempre, año tras año, el mismo... trescientos sesenta y cinco días, doce meses al año. Siete días a la semana, veiticuatro horas diarias. Sesenta minutitos en una hora y cada minuto carga dentro de sí sesenta segundos.
Sin embargo, el tiempo es relativo para cada ser humano.
El tiempo nos rige, nos controla y somete. Desde el preciso momento en que somos concebidos.
Para ser dueños del tiempo, tenemos que aprender a poner en segundo plano el YO TENGO, el YO QUIERO y el YO SOY. De lo contrario se es un esclavo amaestrado por el sistema capitalista y supervisados por la gran masa; la sociedad consumerista segada por el ego; que nos induce a la competencia, a las apariencias y a la depresión.
Solemos auditar los logros, las ganancias y pérdidas a través del tiempo, por periodos anuales. Siendo el mes de diciembre el destinado para tal reflexión y análisis.
Seamos condescendientes con la primera persona (yo), al momento de auditarnos. Detectemos esos puntos débiles, para en este 2016 trabajar en fortalecerlos y crecer en espíritu. Inpongámonos metas, salgamos del apaciguamiento campero y esforcemonos, con Fe y Confianza.
Decretemos en cada mañana Bendiciones y en cada terminar del día Agradecimientos.
Las resoluciones son una herramienta muy efectiva para actualizar nuestras bases de datos emocionales.
En mí caso solo tengo tres resoluciones: La primera, me tomará sólo un par de horas del lunes 4 de enero 2016. La segunda, será mi batalla espiritual por todo el año 2016 y espero que al finalizar el mismo ya sea parte de mi personalidad. La tercera, tiene que ver específicamente con el día 31 de diciembre del 2016.
Por lo demás, sólo me resta desear para ustedes, para mí, para sus amigos y familiares incluyendo a los míos, muchas Bendiciones, Salud y Armonía.
Bondad y Misericordia en sus corazones siempre.
Los quiere
Levy/
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