Instinto
La sociedad, la familia y hasta algunas
amistades, deprimen en determinados momentos… específicamente en esos, en los cuales no respetan nuestros espacios,
nuestro libre albedrio en la toma de decisiones; en fin cuando no reconocen o
ignoran sus límites.
Nunca actuemos por instinto ajeno,
sigamos siempre a nuestro corazón, actuemos por instintos y deseos propios de nuestro
ser. Si a la vuelta de la esquina erráramos en nuestro proceder, siempre
quedará la satisfacción de que, era lo que queríamos hacer. Ya de frente a la
realidad de los resultados solo queda aceptar y superar.
En cambio, cuando vivimos nuestros días a
merced de las expectativas de terceras personas y erramos en nuestro proceder,
sobreviene la culpa, la depresión y hasta aborrecemos nuestra persona. Todo
porque nos reprochamos una y otra vez, que no era lo que queríamos hacer o sabíamos
que no debíamos hacerlo. No hay ganancia secundaria y lo peor es que a quien intentábamos
complacer, termina dándonos la espalda...
Ubícate y dispara con precisión tu
flecha hacia tus objetivos…
Dominio y Sabiduría.
Levy/
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