domingo, 25 de mayo de 2014

El Privilegio de Dar



 De acuerdo al Viejo Testamento (regido por los judíos) el ofrendar, diezmo como se le conocía para la época, era un acto obligatorio impuesto por reyes y auspiciado por sacerdotes. Esos eran tiempos en los que el estado recurría a la iglesia, para que influyera en el pueblo; redundando en un pueblo que diezmaba por temor a un castigo divino, por evitar sentimientos de culpa al faltar al deseo del Todopoderoso y a las Leyes Eclesiásticas, convirtiendo el acto en uno obligatorio. Cabe señalar que de acuerdo a algunos conocedores de las sagradas escrituras, la  palabra “diezmo” se menciona unas 36 veces.
Haciendo un salto en la historia, nos ubicaremos en el Nuevo Testamento (era del cristianismo). Donde paradójicamente la palabra diezmo no se menciona; dándole énfasis a la acción de DAR. En 2da de Corintios, capítulos 8-9, será donde más se amplía el tema que nos ocupa. Esta era una etapa donde se daba por gracia, de manera voluntaria y de acuerdo a la capacidad individual de los creyentes.
Es así, que en lo adelante haré una comparanza del significado que tiene para mí “EL PRIVILEGIO DE DAR” y cuya oración da título a la canción número 10 de una de las grandes… Ednita Nazario, de su álbum Por Tí en el año 2010. Es mi perspectiva…y con la cual no intento convencer; sino más bien dar a conocer, estamos viviendo una fe de iglesias ostentosas, arquitectónicamente hablando, feligreses que acuden a ella persiguiendo su propia salvación. Algunos por su devoción a todo lo físico dentro del entorno y otros por su inquebrantable asistencia los domingos. Ya pocas iglesias salen a la comunidad sin gritos y testimonios de asistentes,  para ayudar al vecino en lo no monetario. Vivo en una comunidad especial donde hay más iglesias que jóvenes; puesto que las drogas y las balas han devorado sus almas… ¿cómo es posible?
Ednita en su interpretación nos obliga a la reflexión cristiana. Nos brinda una guía de cómo se puede servir al prójimo de acuerdo a nuestra realidad. Con pequeñas obras…con profunda empatía. Nos enseña como seres de luz, podemos ser ese puente de bienaventuranzas,  para la humanidad. El ser humano no fue creado para ser unitario. En mi creencia considero que fuimos hechos seres dependientes unos de otros y es por ello que en el universo componemos un todo. La acción de uno o unos cuantos,  repercute en otro u otros tantos. El aire que expiro, lo respira mi vecino y ambos necesitamos de la fotosíntesis oxigenica de las plantas para respirar.
Desde pequeña fui educada en la fe católica, luego me pasee entre los protestantes, actualmente me siento inclinada por la espiritualidad, dándole énfasis a descubrir la manera más gratificante en la que puedo ofrendar mis sentidos, mis manos, mi empatía y dar de acuerdo a la posesión de mis bienes, a la altura de mis dones y a la bendición de mi educación.
¡Sentir que soy un instrumento de aquel a quien le debo lo que soy!
Levy/

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