Pensando en tus bendiciones, inicio
nuestra acostumbrada conversación. Te comentaba, que no puedo evitar las
sensaciones que me están sobresaltando, que no puedo evitar recordar; tanto
sufrimiento, incertidumbre, maltrato e injusticia. Donde la mentira fue verdad
y la verdad una ruin mentira.
Y mientras nuevamente, te pido más de tu
gracia (a sabiendas que no doy suficiente a cambio…)
¡Tú, me regalas un arcoíris!
Símbolo
de una promesa, que me recuerda que escrito está:
“Jesús,
siempre cumple sus promesas…”
¡Tranquila Isabel, solo, confía!
Levy/
La vida es sabia…
En nuestros años de juventud, vamos contra
el mundo. Avasallando, derribando obstáculos. Nos caemos y nos levantamos con más
ímpetu. Nada nos intimida, siempre estamos prestos para la próxima contienda… y
así, nos mantenemos por años y años en constante guerra.
Guerra,
con nuestros sentimientos…
Guerra,
con nuestros pensamientos…
Guerra,
con la gente que no nos apoya…
Guerra,
con el mundo que no conspira, a nuestro favor…
Ininterrumpidamente, vivimos fabricando sueños
y batallando contra el destino por ellos, si es preciso. Nada nos agota, nada
nos limita; ni siquiera, las más mortal de las lanzas recibidas.
Ya, en la puerta del ocaso, no nos afanan
tanto los sueños que no se cumplieron. De tantas batallas pasadas sentimos que
el cuerpo se cansa. No significa que surgen sentimientos derrotistas; significa
solo eso, que el cuerpo, se cansa.
Es más fácil perdonar, porque nuestras prioridades son más
simples, se vive ligero de pensamientos y sentimientos. Esto, si de tantas
derrotas, aprendimos a ir soltando la carga: de ofensas recibidas,
frustraciones experimentadas, injusticias y la culpa que a muchos mata.
Ya, solo quieres disfrutar de tus victorias, rememorar
esas grandes batallas y reírle a la vida…
… con la ilusión de que te devuelva todas las sonrisas
esparcidas.
Levy/
Luego de un sueño pesado, despierto.
Levy/
Dando rienda suelta a las emociones...
Mis amigos, me dicen sé
fuerte, no llores.
Ante los que no lo son, permanezco de roca, por lo que no
lloraré.
Pues, no los regocijo con mi debilidad.
Frente a mis hijos, soy el pilar, prohibido llorar.
Ante mí, frente al espejo;
solo desearía no ser tan fuerte…
Para que me duela menos…
Levy/
¡… y es así que ella desea intercambiar
sus ansiedades y lágrimas, por media hora de sonrisas!
Luego de un sueño pesado, despierto.
Hoy no escucho el canto de los
gallos. No estoy segura, si fue que no cantaron, o yo estaba sumida en mi
pasado.
Arriba Isa, arriba, me grita el consciente y mi cuerpo, en total desobediencia civil. En
la cama se quedo otro rato. De un salto logré salir de Morfeo y sus brazos. Ya,
puesta de pie y con algo de pereza, me di un baño; mientras mi pensamiento seguía
visitando al pasado.
Parada frente al espejo, me
pregunto: ¿cómo me vestiré?
Sucede que hoy quiero vestirme
de alegría, con un peinado de olvido y accesorios que hagan juego con esas cosas
que se hacen para olvidar…
"Hay
un esquema que no he podido romper, cuanto más próxima me encuentro;
situaciones de la vida me colocan en retroceso. Tal vez... quizás, será
que romper ese esquema, me conduciría a la soberbia". Levy/
"Sucede que hay momentos en que los recuerdos, simplemente llegan. Robándote todo el derecho de elegir".
Levy/
Levy/
"Si es cierto que el dolor te hace fuerte...
¡hoy soy más fuerte!.
Levy/
Sola, en una sala de espera de un hospital.
Sola con mis ideas, sin vínculos para canalizar mis emociones.
Sola intentando calmar a mis dioses y demonios...
Nuevamente ¡Gracias y un Aleluya!, a aquel que me sigue abrazando, sigue sobre los míos derramando su Bendición. Aquel que me continúa dando más de lo que yo doy, gracias!
Levy/
Arriba, mi gente!
Buenos días, hoy es otro día. No es que sea bipolar. Es que a la tristeza y a los problemas, no se les da más de un día de pauta.
Así que cuerpo;
"Levantarte y anda...".
Buenos días, hoy es otro día. No es que sea bipolar. Es que a la tristeza y a los problemas, no se les da más de un día de pauta.
Así que cuerpo;
"Levantarte y anda...".
Levy/
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