domingo, 24 de febrero de 2013

Oremos...



LA ORACION QUE OLVIDE.

Señor, protege nuestras dudas, porque la Duda es una forma de
 rezo.
Ella es la que nos hace crecer, porque nos obliga a mirar sin
 miedo
las muchas respuestas a una misma pregunta, y, para que eso
sea posible…
Señor, protege nuestras decisiones, porque la Decisión  es una
 forma de rezar.
Danos valor para ser capaces, después de dudar, de elegir entre un
 camino y otro.
Que nuestro Si, sea siempre un sí y nuestro No, sea siempre un
 No, que, una
Vez elegido el camino, nunca miremos atrás ni dejemos que
nuestra alma sea
roída por el remordimiento y, para que eso sea posible,
Señor, protege nuestras acciones, porque la Acción es una forma
 de rezar.
Haz que el pan nuestro de cada día sea fruto de lo mejor que
 llevamos dentro de
nosotros mismos, que podamos, mediante el trabajo y la Acción,
compartir un
poco del amor que recibimos, y, para que eso sea posible,
Señor, protege nuestros sueños, porque el Sueño es una forma de
 rezar.
Haz que independientemente de nuestra edad o nuestras
circunstancias,
 seamos  capaces de mantener encendida en el corazón la llama
 sagrada de la
esperanza y la perseverancia y, para que eso sea posible,
Señor, danos siempre entusiasmo, porque el Entusiasmo es una
 forma de rezar.
Él es el que nos vincula con el Cielo y la Tierra, con los hombres
 y los niños, y
nos dice que el deseo es importante y merece nuestro esfuerzo. El
 es el que nos
dice que todo es posible, siempre que estemos totalmente
comprometidos con lo
 que hacemos, y, para que eso sea posible,
Señor, protégenos, porque la Vida es la única forma que tenemos
 de manifestar
¡Tú Milagro! Que la tierra siga transformando la semilla en
trigo, que sigamos
transformando el trigo en pan. Y eso solo es posible, si tenemos
 Amor, por tanto,
nunca nos dejes en soledad. Danos siempre tu compañía y la
 compañía de los
hombres y mujeres que abrigan dudas, actúan, suenan, se
entusiasman y
viven como si todos  los días estuvieran totalmente dedicados a
 Tu gloria.
Amen.
Paulo Coelho

AGRADECIMIENTO


Hoy elevó mi mirada al cielo; pero no para contemplar los colores que lo engalanan, ni la variedad de sus nubes.
Hoy elevo mi mirada al cielo; no para contemplar el movimiento de ellas, impulsadas por el viento, ni el pasar de las aves con su perfecto vuelo.
Hoy elevo mi mirada al cielo, para ir al encuentro consciente con el Todopoderoso.
Para simplemente agradecer. ...
Gracias por la vida.
Gracias por la salud.
Gracias por mis hijos.
Gracias por mis verdaderos amigos, (Son mi familia).
Gracias por los ángeles encarnados que colocas en mi destino.
Gracias por custodiar mi alma y domar mi carácter.
Gracias por evitarme las lecciones innecesarias.
Gracias por este verano y sus provisiones. Fueron más de lo que yo esperaba.
Gracias por los matices y los días de magia.
Isabel Levy/

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