jueves, 27 de diciembre de 2012

1era..., 2da..., 3ra Edad

Cuando  hablamos de Tercera Edad, hacemos referencia en general a la población de personas ancianas o de una edad “mayor”, momento en el cual nuestro cuerpo comienza su deterioro lo que equivale a la vejez. Se considera dentro de este grupo a las personas regularmente jubiladas de 60 años o más, se trata de un grupo que ha ido en aumento dentro de la pirámide de población por edades; esto debido a la baja en la taza de mortalidad, la cuál redunda  en gran parte a la mejora en la calidad de vida. Cuando se pretende analizar  su medio ambiente, hay que tener en mente cuán amplio puede ser su entorno, ya que es uno muy  diverso que no se puede analizar desde un solo ángulo y/o concepto. Puesto que el medio ambiente es: su rol social, espiritual, laboral y familiar seria muy extenso tratar de cubrir todos esos aspectos de manera exhaustiva, por lo que las describiré muy brevemente. Se dice que la vida es difícil para este grupo.  Ya que algunos piensan en sus empleos, u  oportunidades de los mismos, lo cual muchos lo perciben como una pérdida que los lleva a despertar un sentido de minusvalía. Es natural que piensen que ya no son útiles para los demás; porque percibe que los demás no cuentan con ellos. A menudo el adulto / viejo suele manifestar esos sentimientos con hostilidades, agresividad e irritabilidad. Lo cual es sinónimo de su propia “difícil adaptación”; que se convierte en agravante debido a la pérdida de autonomía económica. Su actividad social disminuye, lo que puede ser atribuido a varios factores como: presencia de enfermedades degenerativas, estados de ánimos (los cuales suelen ser variados), dependiendo de la forma en que visualicen esta etapa. Dicha visualización estará sujeta al grado de satisfacción de logros obtenidos en su etapa de producción y si al llegar al ocaso se vive la vida de la manera que se esperaba o muy similar. Suele pasar que el sentir que no pueden realizar actividades como salir de paseo con familiares, amigos así como relacionarse con terceros, el verse imposibilitados de compartir con sus nietos en una manera más activa, son factores que influyen en su estado anímico; el cual nos da una guía del filtro con que es asimilada la vida por el envejeciente. Por ejemplo si su postura es aislarse (auto segregación) puede estar diciendo a gritos su depresión; porque no es así como pensaba llegar a la vejez. Tal vez había contemplado una vejez más saludable que le proveyera más libertad e independencia. El solo hecho de sentir que necesitan de una persona para todas sus actividades ordinarias, suele deprimir el organismo, bajar las defensas del cuerpo, alterar sus patrones que influyen en su capacidad de pensar claramente y de cuidarse a sí mismos. Crean un vacío existencial. Depresión y pérdida del sentido de la vida, no obstante no se manifiesta en personas mayores o intelectuales con una educación superior o mentalmente activas; los cuales son capaces de enfrentarse a la muerte con mayor serenidad que aquellos otros cuya vida carece de sentido según su propia percepción. Nuestra sociedad ha ido perdiendo muchos valores entre esos el valor del concepto: FAMILIA!, donde se le daba importancia a cada componente familiar sin importar su edad. Se concibe al menor como el futuro de una generación, al adolecente como la esperanza y fortaleza, al adulto como trascendencia y el anciano como un patriarca; al que se le brindaba el mayor respeto. Símbolo de Admiración y Orgullo..! Hoy día las personas de mayor edad son objeto de burlas, indiferencias y olvido, actitudes que minan negativamente y victimizan por partida doble a este sector de nuestra isla. Si queremos cambiar esta percepción en nuestra sociedad y que redunde en enfoque positivo sobre la vejez entre nosotros los mortales; debemos empezar por implantar medidas preventivas que promuevan hombres y mujeres psicológicamente saludables a traves de la educación…. Buena Educación, lo que es sinónimo de Educación para enfrentar las alegrías  y esperanzas de la vida, pero también sus angustias; educarse bien significa prepararse para las contrariedades y estrecheces, igual que para las abundancias; significa prepararse para aceptar y asumir la verdad. Esta educación debe comenzar a temprana edad y así tener una aurora donde este sector poblacional cuente con las herramientas emocionales necesarias para superar y persistir en esta etapa.
Levy/

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